jueves, marzo 03, 2016

El océano necesita que la gente lo cuide…pero para cuidar el océano, hay que conocerlo.

Este domingo arranca la Escuela del Océano por Radio i99
DOMINGO 8H30 por 98.9 FM 

jueves, febrero 04, 2016

A Plastic Ocean Official Trailer





El escritor británico de ciencia ficción Arthur C. Clarke dijo “qué inapropiado llamar Tierra a este planeta, cuando es evidente que debería llamarse Océano”.



Es más, sin los océanos nuestro planeta sólo sería una roca más en el espacio.

miércoles, octubre 28, 2015

el futuro es azul


“La gente protege aquello que ama. Pero sólo ama aquello que conoce”, dijo Jacques Cousteau. Y con el 95% por descubrir, la gente aun no ama el mar.
¿Sabía usted que el 31% de nuestros huesos es agua? ¿Sabía que nuestro cuerpo es mayoritariamente agua? Somos 75% agua cuando somos bebes y nos vamos secando a medida que envejecemos; pero: la sangre, las lágrimas, el sudor…son agua. Agua de mar isotónica, además.

¿Sabía que un estudio de la Universidad de Exeter demostró que vivir cerca al mar es más saludable que cualquier otro clima? ¿Conoce usted que en la costa estamos más relajados? ¿Acaso está enterado de que el agua rejuvenece nuestra mente? Le recomiendo leer Blue Mind, del biólogo Wallace J. Nichols.

¿Sabía que estudios de la A.P.A. -American Psychological Association- han concluido que los surfistas son las personas más felices del mundo? Los altos niveles de adrenalina y dopamina que genera bajar una ola, perduran durante toda la semana posterior, cuando comentemos la experiencia. Eso se llama The Surf Stoke.

Hay una relación directa entre el surf y la preocupación por el mar. Kelly Slater, once veces ganador del campeonato mundial de surf, dijo:
“Creo que cuando un individuo se convierte en una persona que practica surf, es casi como una obligación de ser un ecologista al mismo tiempo”.
Creo que usted y casi todas las personas podrían reconocer un atractivo especial en el océano. Sin embargo, dicen que por la boca muere el pez. 91% del agua del planeta está en los océanos, pero hemos preferido invertir en conocer el espacio exterior que dedicarle tiempo, gente y dinero al mar. 

Lo irónico es que, desde el espacio exterior, nuestro planeta es una pequeña esfera azul. Es más, alguna vez el escritor británico de ciencia ficción, Arthur C. Clarke, dijo: “qué inapropiado llamar Tierra a este planeta, cuando es evidente que debería llamarse Océano”. Es más, sin los océanos, el planeta sólo sería una roca más en el espacio.

¿Sabía que un año del presupuesto de la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio, más conocida como NASA (por sus siglas en inglés: National Aeronautics and Space Administration), es largamente mayor que el de la (National Oceanic and Atmospheric Administration, (NOAA) Administración Nacional Oceánica y Atmosférica?

Dos misiones fallidas a Marte circa 1999 costaron más que todo el dinero invertido en ciencia marina en la historia.

Por cierto, -ese año de 1999- Robert Kunzig publicó un texto titulado “The Restless Sea: Exploring the World Beneath the Waves”. El primer párrafo del prólogo es contundente respecto a la dicotomía de la astronomía y la oceanografía.

Me permito reproducirlo:
Imagine el lector que una mañana mira por la ventana y ve medusas. No algún que otro pájaro cantor revoloteando o un halcón que traza círculos y pronto volverá a descender, sino un cielo lleno de animales gelatinosos que flotan, medusas, ctenóforos y salpas que absorben plancton microscópico. De vez en cuando, un tiburón o un atún se deslizan sin ruido a través de este panorama; de vez en cuando, uno de los animales gelatinosos empieza a brillar como una luciérnaga gigante. Valdría la pena explorar un cielo como éste,¿verdad?
Hemos explorado más el lado oscuro de la Luna que el fondo marino. Es más fácil que un niño tenga un telescopio a que tenga una máscara de buceo y aletas.

Necesitamos conocer más el mar…
Y descubrir el origen de la vida en las calderas hidrotermales. Necesitamos explorar el fondo de los océanos y descubrir sus cordilleras. Necesitamos conocer nuevas especies -curiosas como las medusas iridiscentes de las profundidades- o estudiar los microorganismos que capturan CO2 y desafían modelos biológicos de supervivencia.

Necesitamos entender que, cuando una ola rompe, altera la estructura física del aire y del agua, haciendo que los átomos se ionicen y que respirar estos iones son aprovechados como vitaminas por nuestro cuerpo.

Necesitamos investigar más el inmenso inventario de curas medicinales, generación de energía y de generación de agua desalinizada que nos da el océano. En China, el agua marina se utiliza desde hace más de 4 mil años para recuperar la salud; y no precisamente en baños sino tomando agua de mar.

¿Ha escuchado de la talasoterapia? Es el uso metódico de agua de mar con fines terapéuticos.

Como comenté en un artículo anterior, los océanos son claves absorción de CO2, en la regulación de la temperatura del planeta, en la transportación y las rutas del comercio, en la recreación, en la alimentación, como fuente de materias primas, como recurso turístico y como fuente de empleo.

Los océanos -no los árboles- producen el 70% del oxígeno que respiramos; proveen proteínas esenciales a millones de especies; hacen habitable el planeta.

Pero no cuidamos el mar.

Se estima que para el 2050 no habrán más peces. Cada año se matan 300.000 ballenas y delfines. Cada año se depredan 1.000.000 de tiburones. Un documento de la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos (United States Environmental Protection Agency, EPA)estima que cada año se gastan 30 mil millones de dólares en subsidiar operaciones pesqueras sobrecapitalizadas… operaciones que depredan el mar. 

 Cada año se arrojan ocho millones de toneladas de basura plástica al mar. (Artículos Relacionados: “Turbulento Pacífico”, Sección Ecología, Edición 57; “Insectos, océanos y ecoworkouts: algo en qué pensar”, Sección Ecología, Edición 56)

Se conoce que menos del 2% de los océanos del planeta están protegidos, que 64% de sus aguas son internacionales y que la próxima XXI Conferencia de las Naciones Unidas Sobre Cambio Climático, COP21-en París- no ha incluido a los océanos en su agenda.

Hey!, nuestro futuro depende de la salud de los océanos.

Máxime cuando han descubierto un gran océano en el interior del manto de la tierra. A 660 km debajo de la superficie de la tierra existe un cuerpo de agua de tal tamaño que podría llenar tres veces los océanos que conocemos.

Pero, no pensamos en los océanos. No los incluimos en las agendas políticas. No vivimos en ellos. Vivimos cerca de ellos, nos alimentamos de ellos, nos divertimos en ellos. Nos sorprendemos de su majestuosidad, parados en la orilla. Vemos su inicio, y no vemos dónde está la otra orilla… entonces pensamos que es infinito. Y no lo es.

En su obra Mundo Submarino, Jacques Cousteau escribió en la introducción del tomo 1:

“Si los océanos de nuestra Tierra murieran -esto es, si, de algún modo, la vida de pronto desapareciera-, sería la más formidable, pero también la más definitiva, de las catástrofes en la historia atormentada del hombre y de los demás animales que con él comparten este planeta.”
Debemos cuidar los océanos. Es urgente. No hay excusas…ni tiempo.

Publicado en la revista EnContexto.

Acceso acá: http://www.revistaencontexto.com/cuerpos-celestes-y-mentes-azules-el-futuro-es-azul/


lunes, octubre 05, 2015

LUNES SIN CARNE !


viernes, octubre 02, 2015

SINCRONÍA. El ambiente ¿a merced de la naturaleza humana?

Sacrificar 10.000 perros para el festival de Yulín, permitir que mueran 11.000 niños diarios por desnutrición, desperdiciar 1/3 de los alimentos producidos al año, ¿es parte de nuestra naturaleza humana?

Comprar no lo que no necesitamos, consumir combustibles fósiles en vehículos todo terreno para viajar 2 kilómetros al super, y luego desecharlo todo, ¿es parte de nuestra naturaleza humana?

Oscar Wilde decía que “…Tarde o temprano se llega a esa espantosa cosa universal a la que llamamos naturaleza humana.”   Parece que ya preveía la raíz antropocéntrica de  la contaminación por elevados niveles de humo;  acidificación del suelo y del agua;  contaminación por fertilizantes, insecticidas, fungicidas, controladores de malezas y agrotóxicos; contaminación por desechos peligrosos, residuos domiciliarios y comerciales, residuos de demolición, residuos clínicos, electrónicos e industriales, residuos tóxicos y radioactivos.

La naturaleza -plantas, animales, suelos, océanos, aire-  ¿están a merced de la naturaleza humana?

Pues en esta crisis social y ambiental que vivimos planetariamente, el papa Francisco lanza su carta Encíclica Laudado Si para el Cuidado de Nuestra Casa Común y genera una sincronía esperanzadora.

“…La tierra, nuestra casa, parece convertirse cada vez más en un inmenso depósito de porquería.”, dice el papa que conmovió a millones de ecuatorianos en su visita pastoral; y la gente -por la presión social, la tecnología, la economía y la política,- “terminan a merced de un consumismo sin ética y sin sentido social y ambiental.”

Una vorágine de compras y los gastos innecesarios.

En más de 190 páginas, la Encíclica papal se desarrolla en 6 capítulos -tres iniciales dónde plantea problemática socio-ambiental y tres finales con recomendaciones de acción-.

Y si bien cada capítulo posee su temática propia; seis ejes atraviesan toda la encíclica: la íntima relación entre los pobres y la fragilidad del planeta, la convicción de que en el mundo todo está conectado, la invitación a buscar otros modos de entender la economía y el progreso, el sentido humano de la ecología, la crítica a la cultura del descarte y la propuesta de un nuevo estilo de vida.

Si el planeta está a merced de la naturaleza humana, entonces debemos cambiar los contenidos de ese concepto filosófico.  Porque todo está conectado.

“Todo está conectado. Por eso se requiere una preocupación por el ambiente unida al amor sincero hacia los seres humanos y a un constante compromiso ante los problemas de la sociedad.” dice la Encíclica.  Es como si todos fuésemos un punto en la circunferencia.

“Si el ser humano se declara autónomo de la realidad y se constituye en dominador absoluto, la misma base de su existencia se desmorona…”, dice el papa Francisco.  El problema es que los seres humanos no entendemos el mutualismo como si lo hacen otros seres vivos.  Por ejemplo el laurel, los insectos coccoideos y las hormigas aztecas.

Cuando escasea el agua de los árboles de laurel en Ecuador  y empieza a desfoliarse, los árboles producen una savia más dulce.  Entonces las hormigas hacen sus nidos en las cavidades del tallo y cuidan el follaje; mientras pequeños insectos comedores de savia la hacen más dulce.

La teoría y el sentido común dirían que estas relaciones deberían ser más sólidas en momentos donde escasean los recursos.  Pero ¿qué pasa con el planeta y las personas?

Necesitamos asumir una responsabilidad recíproca.

El papa invita a desarrollar una relación de responsabilidad recíproca.  Entre nosotros.  Entre nosotros y el ambiente.  “La conciencia de la gravedad de la crisis cultural y ecológica necesita traducirse en nuevos hábitos.”

Recomiendo la lectura de la Encíclica.  Más allá de la critica abierta y dura a nuestros estilos de vida, a la política, a la empresa no responsable socio-ambientalmente, a la economía; el documento conjuga la ciencia con las creencias para argumentar la necesidad de acciones “urgentes e imperiosas” y reafirma la fe en la nueva naturaleza… humana.


  • Texto escrito para la edición GREEN de revista COSAS #293.  No sé si se publicó.


miércoles, septiembre 23, 2015

TENER EMPRESAS CON ALMA

Extracto del discurso de Gustavo Manrique, presidente de SAMBITO y de los Premios Latinoamérica Verde, en la inauguración de la edición 2015 de los premios.

...un componente clave de la responsabilidad socio ambiental es la difusión de las mejores prácticas (personales, corporativas e institucionales.).

...celebro que 1054 personas -entre individuos, personas jurídicas, gobiernos y ONGs- coincidamos en la necesidad de compartir los resultados de sus acciones en favor de la gente y el planeta.

Celebro que los Premios Latinoamérica Verde, tengan 1054 casos inscritos en siete categorías -agua, bosques y biodiversidad, desarrollo humano, emisiones, energía, residuos y finanzas sostenibles-.

Casos tan diversos que van desde granjas comunitarias o una plataforma digital que promueve bandas locales de música hasta sistemas de administración de riesgos laborales, programas de concienciación ambiental, micro inversiones comunitarias verdes, turismo ecológico, bio - comercio, construcciones verdes, carbono neutralidad, movilidad, planes nacionales de reforestación o cuidado de aves.

Casos de comunidades amazónicas que cultivan cacao orgánico para no talar su bosque ni afectar su bio diversidad circundante. 

Casos de personas que recogen llantas que se reciclan para convertirse en polvo de caucho… y con ello construir carreteras. 

Iniciativas de personas que recogen pelotas de tenis para evitar que vayan a botadores y con ellas fabricar pisos de caucho.

Multinacionales que han invertido millones de dólares para reciclar el 100% de su agua.

1054 inscripciones de 24 países que permiten extrapolar esa data a presumibles estados de situación de la responsabilidad socio·ambiental regional y local.

Si bien Ecuador es el país con más casos inscritos -el 31% del universo total- Colombia, Chile y Costa Rica tienen una importante representatividad… con 17%, 15% y 10% respectivamente.

Recibimos inscripciones de Antigua & Barbados, Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, Haiti, Jamaica, Mexico, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, Puerto Rico, República Dominicana, St Vincent, Uruguay, Venezuela. Y en esta edición de los PLV, invitamos a España a participar.

Un tercio de los casos están inscritos en la categoría Desarrollo Humano, Inclusión Social & Educación. Excepto por Brasil y Panamá, cuyas inscripciones en la categoría Residuos es igual de importante o más que Desarrollo Humano.

¿Qué nos dice esto?

Que en nuestra región, cuando se trata de responsabilidad socio - ambiental, aun privilegiamos las acciones en favor de las comunidades.

Esto está en línea con dos variables: primero que sólo la Constitución del Ecuador reconoce derechos a la naturaleza. En las demás constituciones de los países latinoamericanos, el ambiente es una dimensión de los derechos humanos -por tanto la gente puede exigir que se proteja la naturaleza, pero ésta no tiene derechos por si-.

Segundo que las acciones y los reportes de sostenibilidad en la región se han incrementado del 2009 a la fecha -pero haciendo énfasis en inclusión, gobernanza laboral, equidad, educación-.

Me detengo en educación por un instante. 

Al analizar las inscripciones desde la perspectiva del sector de ocupación privado, estos provienen mayoritariamente del sector servicio -y dentro de servicios, del área educativa-.

8% de inscripciones provienen del sector económico primario -aquel que obtiene productos o materia prima directamente de la naturaleza-.

21% de los casos fueron inscritos desde del sector secundario -aquel que transforma materias primas en productos terminados o semielaborados-. 

8% provienen de Gobiernos.   18% provienen de ONGs.

Y 44% de los casos fueron inscritos desde el sector terciario. Y entre éstos, considerando el sector económico del proponente, la mayoría de los casos corresponden a los sectores educativo (14%), servicios (11%) y comercio (6%).

Y, ¿qué pasa con las industrias?

Los Premios Latinoamérica Verde demuestran en los países un interesante comportamiento. Si bien quienes inscribieron más casos fueron ONGs, y los sectores educativo, servicios y comercio… la industria es el sector económico más impactado con la acción descrita en cada caso inscrito (31%).

Del lado de quien hace la gestión, el peso cuantitativo de las industrias es mínimo. Pero del lado del sector impactado por la gestión, el sector industrial es el más representativo.

De esos 24 países participantes, el 42% inscribió casos en todas las categorías. Esto nos ha permitido analizar a esos países más en profundidad.

Tomemos, por ejemplo, Ecuador.

60% de los casos provienen del sector privado, 27% del sector comunitario y 13% del sector público. Y dentro de los casos inscritos por gobiernos locales o regionales, la categoría más importante es bosques y biodiversidad.

Esto refleja las importantes gestiones que hace el gobierno nacional en conservación, reforestación y concienciación. De hecho, no es parte de los Premios Latinoamérica Verde pero el SIEMBRATON -la iniciativa del MAE para sembrar más árboles a la vez en múltiples sitios- fue es un récord mundial.

La huella ecológica del Ecuador es de 1.88 Hag/pp; y el principal componente es la huella de carbono según el Atlas Geográfico del Ecuador. Pues bien, de los 329 casos inscritos por Ecuador sólo el 12% están en la categoría emisiones.

¿Las buenas noticias?

De los 21 casos inscritos por el sector privado en la categoría emisiones, el 61% están vinculados a reducción de la huella de carbono

Vamos por buen camino hacia la compensación y la carbono neutralidad.
Otro dato interesante: la huella hídrica del Ecuador es de 1.217 m3/pp/año; y la agricultura interna (75%) y el agua doméstica (14%) son sus principales componentes.
Hay 35 casos inscritos por Ecuador en la categoría agua y sólo el 11% se vincula con su uso en la agricultura; mayoritariamente se inscribieron casos de industrias. 

Entonces esbozo una hipótesis: debemos trabajar más en la concienciación de la huella hídrica y en acciones y políticas en favor del agua desde la perspectiva rural.

Latinoamérica es responsable sólo del 5.1 % de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, sin embargo posee la matriz energética más limpia del mundo en desarrollo. 

Y voy a compartir otros ejemplo de un país participante: Costa Rica, como nación, tomó la decisión de ser carbono neutral para el 2021. 

De acuerdo al Banco Mundial, es el país con uno de los más bajos niveles de emisiones de CO2 per capita: su índice está en 1.7.

No es sorpresa que el caso Programa País Carbono Neutralidad del Ministerio de Ambiente y Energía de Costa Rica sea uno de los finalistas en la categoría emisiones.

Y cuando analizamos las demás inscripciones ticas, vemos que son igual de importantes en Bosques y Biodiversidad, Emisiones, Residuos, y Energía.

¿Por qué?

Voy a citar la Encíclica Laudato Si del papa Francisco. Porque “todo está conectado”.


Podría dedicarle mucho tiempo a estas relaciones producto de la interpretación de los casos y su contrastación con lo que conocemos de las políticas públicas y prácticas empresariales de los distintos países. 

Pero luego le restaría protagonismo a la exhibición de los 500 mejores casos de responsabilidad socio ambiental que hoy inauguramos.

(. . .)

Que LATAM haya inscrito la mayoría de casos en educación, residuos, agua y bosques y biodiversidad es alentador.

Que de 24 países participantes, 22 tengan casos en el top 500 es extraordinario.

(. . . )

Los casos inscritos en los PLV nos demuestran que es posible establecer nuevas formas de producción que permitan cuidar nuestra casa común y que sean doblemente verdes.

Y que debemos actuar de manera urgente.


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