¿Impuestos verdes para chicos plásticos?
En los mercados se está dando un cambio radical –los consumidores está basando sus decisiones de compra no sólo en el precio, sino en los valores-. Los consumidores del mundo han incorporado la transparencia, la autenticidad y el compromiso con el cuidado del Planeta a sus variables de compra.
Y más del 80% de consumidores de Quito y Guayaquil-según un estudio de Consultor Apoyo- ya hacen algo por el planeta (y esperan que las marcas que compran se comporten igual).
El gobierno entendió, antes que los gerentes de empresas, ese cambio. Y lanzó los impuestos verdes: vehículos, botellas plásticas y bolsas plásticas.
¿El objetivo? Recaudar más… ¿o cuidar el ambiente?
Si ese es el objetivo –recaudar más- , bien podrían ser impuestos rojos o azules. Pero el verde está de moda.
Si el objetivo es reducir las emisiones de CO2 de los vehículos, entonces debiéramos –como país- incentivar la venta de híbridos o de pequeños autos. Si el objetivo es reducir el consumo de combustible, entonces debiéramos eliminar el subsidio a la gasolina (que en el presupuesto del 2011 supera los $ 631 millones).
Si el objetivo es reducir el impacto ambiental que generan los vehículos, entonces debiéramos analizar la huella de carbono de autos nuevos y viejos. Analizar la huella de carbono de la caravana presidencial. Analizar la huella de carbono de los desplazamientos de todos los Ministros, su Comitiva, asesores, periodistas, curiosos, a las sesiones itinerantes de Gabinete cada fin de semana.
Si el objetivo es que manejemos menos, entonces debiéramos analizar la creaci ¿ocuidar el ambiente? más...enora ir al trabajo o al sn analizar la creacilla de carbono de los desplazamientos de todo el Gabión de servicios de transporte público seguros y eficientes, o la instalación de ciclovías para ir al trabajo o al súper en bici.
Si el objetivo es reducir la cantidad de desechos, entonces debiéramos recordar que el plástico sólo representan entre el 8 y el 10% de todos los residuos.
Si el objetivo es evitar las fundas plásticas tiradas en calles, parques, playas, carreteras, campo, o fuera de la casa, entonces debiéramos aprender que una cosa es contaminación y otra, littering.
Y que el problema de esas fundas tiradas es littering que se resuelve con educación y concienciación; no con un impuesto que representa entre el 100 al 10,000% para las fundas.
Por cierto, las bolsas de los autoservicios tienen bajísimo impacto ambiental (medido a través de la huella de carbono). Es más, las bolsas ecológicas hechas de plástico son más verdes que las bolsa de yute o tela o que las canastas.
Si el objetivo es mejorar el ambiente reciclando botellas de plástico de gaseosas –PET-, entonces debiéramos recordar que ya se recicla ese material en Ecuador. Debiéramos medir el impacto ambiental de crear centros de acopio –que no existen-; el costo de cambiar leyes municipales que no promueven la separación de desechos en la fuente o el reciclaje; o el impacto de trasladarse a un centro de acopio.
Según ASEPLAS, el consumo del plástico per cápita en nuestro país está muy por debajo del promedio de América Latina y del mundo. (18/20 kg vs. 40/50 y más).
El problema no son los plásticos, las botellas PET, los autos grandes o pequeños, la energía eléctrica, prender aires acondicionados o la tele, o muchos productos en el mercado. El problema son el exceso de consumo irresponsable, el mal uso post consumo o post industrial de residuos, la falta de incentivos reales para mejorar nuestra conducta ambiental, el enfoque desenfocado de los objetivos, la falta de programas de educación de manejo de desechos –por citar unos pocos-.
Los impuestos ambientales están dirigidos –según versiones oficiales- a los que más tienen. Ecuador emite sólo 0.1% del total de CO2 del planeta. Y eso no bajará a cero porciento por crear impuestos verdes para chicos plásticos.
