Nuestro artículo publicado en Alga & Gamma |
En el tiempo que usted lee este artículo, 382 smart phones serán activados, 48 horas
de vídeo serán subidos a YouTube, y más de 168 millones de correos electrónicos
se habrán enviado. En ese mismo momento,
se habrán deforestado el equivalente a más de ocho canchas de fútbol en el
amazonas.
En estos minutos se habrán hecho más de 694.445 búsquedas en
Google y 510.040 comentarios se habrán publicado en FaceBook. En ese mismo
tiempo, más de una especie será considerada en
peligro de extinción.
Pausa.
Cuando nací, en 1964, fui el fui el habitante 3.281´351.191avo
en el Planeta. Y si bien el
ambientalismo nació en el siglo XIX en Europa y Ee.Uu., el cambio climático no
ocupaba los titulares de diarios y revistas.
Hoy googlear verde genera 804 millones de resultados en 37
segundos. Y googlear verde en inglés (Green) genera 3.480 millones de
resultados en 26 segundos.
De Gutemberg a Zuckerber las cosas se han acelerado. Mucho.
En el año 1989, en la obra Blueprint
for a Green Economy, David Pearce, Anil Markandya y Edward Barbier
propusieron algunas políticas para lograr un desarrollo sostenible. En el 2010 Ecuador reconoció los derechos de
la naturaleza en su constitución. En el 2012
la cita de Río+20 dejó sinsabores.
Entonces resonó la pregunta de la editora. “Andrés”,
me dijo, “¿qué crees que hace falta al
sector empresarial para convertirse en verde?”. Pensé
en fuerza.
El verde es ya un motif
de nuestros tiempos. Si bien un estudio
del INEC realizado en 3.572 empresas de 23 provincias, con excepción de
Galápagos, dice que el 80% (de las empresas) no invierte en protección
ambiental; más del 80% de consumidores de Quito y Guayaquil-según un estudio de
Consultor Apoyo- ya hacen algo por el planeta.
La fuerza de los consumidores está acelerando, en Ecuador y
el mundo, que las empresas aprehendan una gestión empresarial más verde. Otro estudio de Consultor Apoyo revela que
86% de los ecuatorianos consideran que las empresas deben ser obligadas por ley
a ser socialmente responsables –es decir, verdes-.
La fuerza de la ley está acelerando que las empresas
incorporen el verde a su adn corporativo.
La sostenibilidad es un valor de las generaciones
modernas. Así, el accionar pro planeta
se vuelve casi normativo. Ahorrar
agua. Apagar la luz. Consumir menos. Reciclar. Apoyar causas verde. Las listas
de compras del supermercado han cambiado hacia versiones más verdes. Incluso los consumidores confiesan estar
dispuestos a pagar un plus al precio siempre que sea para un producto
responsable ambientalmente.
Pausa.
En un minuto, el cerebro procesará más de 360 millones de
datos. Habrán nacido 253 nuevas
personas en el mundo. Habrán fallecido
105. Así nos acercaremos a los 8.000
millones de habitantes en un mismo planeta.
Cada minuto hay más gente Consumiendo. Desechando.
Exigiendo recursos. Polarizando
las brechas de educación, salud, alimentación.
Consumiendo más. Desechando otro
poco. Y el tema verde es un imperativo
que requiere más aceleración en Ecuador.