martes, diciembre 13, 2011

Comparto el artículo publicado en la revista de AEROGAL:



ESTRATEGIAS VERDES PARA MERCADOS MULTICOLORES

En el año 1989, en su libro Blueprint for a Green Economy, David Pearce, Anil Markandya y Edward Barbier proponen algunas políticas para lograr un desarrollo sostenible.
                                                  
El desarrollo sostenible fue definido, por primera vez, como “el desarrollo que satisface las necesidades presentes sin comprometer la capacidad de satisfacer las necesidades de las generaciones futuras” en el Informe Brundtland de 1987.

¿Sostenible? Estos días escuchamos tanto de ello que –a ratos- la palabra parece desgastada.  Y, en otros momentos, se confunde con verde.

Hace poco leí una descripción interesante para sostenible y verde. The New Rules of Green Marketing,  de Jacquelyn Ottman, propone que verde es cuando se incorpora el impacto ambiental a una propuesta empresarial y sostenible cuando la propuesta considera criterios de inclusión social.

Por un instante regreso a las estrategia verdes para mercados multicolores.  Los mercados mundiales están madurando hacia el verde.  83% de los consumidores estadounidenses –desde baby boomers hasta la generación Y- tienen rasgos de consumidores conscientes.  Y en Ecuador, en una encuesta realizada a inicio de esta año, descubrimos que 98.19% de quiteños y guayaquileños les interesa hacer algo por el planeta. 

Si bien un estudio del INEC realizado en 3.572 empresas de 23 provincias, con excepción de Galápagos, dice que el 80% (de las empresas) no invierte en protección ambiental; más del 80% de consumidores de Quito y Guayaquil-según un estudio de Consultor Apoyo- ya hacen algo por el planeta.

Entonces pienso que el mercado es, cada vez más verde y cada vez menos multicolor.  ¿Estamos en una Economía Verde?

El PNUMA ha puesto en debate el concepto de Economía Verde para lograr sostenibilidad y reducción de la pobreza.  Las mayores críticas dicen que es un modelo muy economicista.  Que podría contraponerse con el sumak kawsay.

Personalmente creo que el reto es conciliar el mercado con el bienestar social y ambiental.  Siempre he pensado que las herramientas del mercado son las herramientas para combatir la pobreza y construir la responsabilidad ambiental.

Así que me permitiré compartir 3 estrategias verdes: 

1. El verde es un principio corporativo, no un truco publicitario.  Y el marketing verde, una herramienta para construir marcas verdes o marcas sostenibles.

Recordemos la diferencia.  Una marca es verde porque genera menor impacto –que la competencia- en el planeta.   Una marca es sostenible porque incorpora en su ecuación la variable social.

Por cierto, una marca no es verde porque cumple con la ley o las regulaciones al respecto.  Cumplir la ley sólo la convierte en una empresa que cumple con su obligación, no es un mérito.

2. No es necesario tener un producto final verde para ser ambientalmente responsable.  Operaciones que buscan la carbono neutralidad son una opción, por ejemplo.

O trabajar en la cadena de valor para que sean sostenibles.  O desarrollar nuevos modelos de negocio. Un reporte de Harvard Business Review sostiene que adoptar la cultura de sostenibilidad ayudará a los modelos de negocios de corporaciones en el mercado.

3. Actúa ya.  Ser responsable social y ambientalmente ya no es una opción.  Cuando la ley lo exige (recomiendo revisar con su abogado la Constitución el Código de la Producción y el proyecto de Ley Orgánica de Biodiversidad –por citar tres cuerpos legales); cuando los consumidores los exigen y cuando los mercados se integran a propuestas más responsables, no es una opción –para ninguna empresa- desestimar la responsabilidad ambiental.

Por cierto, recomiendo leer el editorial "Why Green Is Growing (When Not Much Else Is)" de Adi Ignatius en Harvard Business Review.

Cada hora se suman 15.347 nuevos habitantes al Planeta.  Sólo en Ecuador, cada hora, nacen 34 nuevos ecuatorianos.  Ya somos 7.001´794.290 habitantes en el planeta... y la humanidad sigue creciendo.  Consumiendo.  Desechando.  Exigiendo recursos.  Polarizando las brechas de educación, salud, alimentación.  Consumiendo más.  Desechando otro poco.

Cuando nací, en 1964, fui el habitante 3.281´351.191avo en el Planeta.  El cambio climático no ocupaba los titulares.  Hoy si.  Y, realmente, no importa si usted cree (o no) en ello.   Lo que importa es que el mejor camino para mejorar nuestra economía, superar la pobreza, mejorar la calidad de vida de nuestras ciudades, garantizar soberanía alimentaria, mejorar la seguridad ciudadana, y si –salvar el planeta- pasa por incluir estrategias verdes en el ADN de cada empresa.

Debemos actuar verde.

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