Publicado en Revista Alfa & Gamma |
En diciembre
empecé a trabajar en un proyecto de impact
investment. Inversiones cuya intención es generar
retornos financieros con beneficios sociales y ambientales medibles.
En otras
palabras, inversiones que generen un desarrollo equitativo y sostenible. Entonces me vi enfrentado a la cuestión de
los kpi y los medidores. ¿PIB? ¿Huella de
carbono? ¿Huella hídrica?
Un paradigma es
medir el desarrollo a través del incremento de PIB. Pero el producto interno bruto no es signo de
bienestar.
Signo de
bienestar son la salud, educación, participación cívica, seguridad económica,
oportunidades, libertades, relaciones
sociales, y las condiciones ambientales actuales y futuras. Sin
embargo los parámetros tradicionales enfatizan el capital sobre la gente o el
planeta. -Lean a Joseph Stiglitz, Amartya Sen, Jean Paul Fitoussi: The Commission on the Measurement of Economic Performance and Social Progress, 2009-.
¿Cómo romper los
paradigmas? ¿Cómo presentar un proyecto a inversionistas invitándolos a poner
recursos en… el planeta? ¿la gente?
Más allá de la
Visión 2050 del WBCSD (World Business Council for Sustainable Development),
y del reporte del World Economic Forum (From the Margins to the Mainstream Assessment of the Impact Investment Sector and Opportunities to Engage Mainstream Investors) las inversiones responsables son parte de las tendencias empresariales en los
países desarrollados. ¿Por qué?
Las inversiones
privadas que atacan retos sociales y ambientales pueden generan grandes
cambios. Por ejemplo en movilidad,
salud, educación, desarrollo humano, inclusión social, forestación o uso
alterno de materiales de construcción.
Las inversiones
responsables generan ventajas competitivas.
Y están creciendo… como crecen la consideración hacia la agenda del
cambio climático. De hecho, los
inversionistas empiezan a pensar que los mercados financieros han sobrevalorado
las reservas de combustibles fósiles, que los gobiernos van a poner límites al
uso de éstos y que ambos no merecen su confianza (según Edelman Trust Barometer
2013, menos de la mitad de la población confía en el mundo de las finanzas).
Por cierto, el cambio climático es un problema de
civilización, no de tecnologías. ( Comentario de Arturo Villavicencio del IPCC -Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, por sus siglas en inglés-).
Vuelvo a la
historia inicial. Definí como objetivo
el educar para cambiar la escala de valores buscando difundir el beneficio de
la responsabilidad ambiental y social individual y corporativa.
Consciente que la
transición a un desarrollo sostenible, a un crecimiento inclusivo, pasaba por varias
capas. La política entre ellas. Entonces llegó la campaña.
En el escenario
de las ofertas electorales –en el cantón dónde vivo, Sanborondón- los temas
verdes no rozaron (siquiera) las propuestas.
Por ejemplo se habló de movilidad, es cierto. Pero desde la óptica de “mucho tráfico”,
“hagamos más puentes” o “dónde irá la ciclovía”.
La movilidad es
clave en el desarrollo. Pero también
–autos, buses, motores fuera de borda, tractores- son responsables de más del 20% de la emisión de GEI en Ecuador.
En Sanborondón,
comentó un candidato a alcalde, más de 7000 autos llevan a los chicos a
escuelas y colegios cada mañana de período escolar. Tuve la oportunidad de entrevistarlo en el
Diálogo –programa que comparto con buenos amigos por 98.9 fm- y sus opciones no
eran ser más eficientes en el uso de las vías… sino en construir más vías… vías
carrozables. Ese es un modelo
insostenible.
En este punto
suscribo los comentarios de un ex alcalde de Bogotá: una ciudad avanzada no es una en la que hasta
los pobres tienen auto, sino una en la que incluso los ricos usan el transporte
público.
El tema movilidad
en Samborondon es una gran oportunidad para, desde los sectores públicos,
privados, o juntos, se desarrollen proyectos de inversión responsable en
movilidad. Es una sola gran avenida…
Vías caminables, ciclovías, transportación pública con energía alterna o solar, carpooling, uso del río…
Entonces este
cantón podría romper el paradigma de “si tengo más autos y más grandes, entonces mejor me va en la vida”.
La pregunta es,
¿hay suficiente capital político en las autoridades para tomar la decisión?
O la pregunta es,
¿hay algún inversionista dispuesto a poner sus recursos en un programa de impact investment para resolver el tema
movilidad del cantón?
O la pregunta
es: usted, ¿estaría dispuesto a dejar
aparcado su coche y usar un buen servicio público?
[i] Definición de impact investment según la Global Impact
Investing Network: "Impact
investments are investments made into companies, organizations, and funds with
the intention to generate a measurable, beneficial social and environmental
impact alongside a financial return. Impact investments can be made in both
emerging and developed markets, and target a range of returns from below-market
to above-market rates, depending upon the circumstances."